Título: Desde el color y la calle
Autor: Karen Solvey Rivera Gaviria.
Año: 2023
“Desde el color y la calle”
Es un trabajo de creación e investigación que se construye a partir de un archivo de memorias del trabajo realizado por la estudiante Karen Solvey Rivera Gaviria, el cual se rige bajo unas particularidades organizativas, que ha nombrado a partir de tres categorías de acción:
Lo Individual, Lo Comunitario y Lo Colaborativo.
Este mapa que aquí presenta, pretende desenmarañar aquello que en la calle no se puede palpar, a menos de que se participe de la organización de estas acciones. Es por esto, que el espacio museográfico, le aporta un valor esencial a su trayectoria: la posibilidad de develar la complejidad organizacional de intervenir en la calle y las comunidades, la diversidad de agentes que integra y reúne.
“El acto de archivar también es complicado… detrás de cada categoría, cada nombre, cada título, se encuentra una decisión que parece haber sido simple cuando se ve finalizada”1 y siempre quedarán vacíos de lo que no se registró, de lo que no tenemos de manera tangible, pero se hace importante reconocer que es parte de la experiencia.
Esto que aquí vemos, es un mapa de formas de organización y sus diversos actores, con sus calidades de interacción y participación, aunque no es exhaustivo, deja ver estas tres categorías de acción que son las que rigen su proceso como artista urbana.
Por un lado, cuando se acciona en la calle, se ejerce un impacto directo con las personas de la comunidad; algo que aporta y nos permite sentirnos representadxs en ella. De estas acciones nos beneficiamos lxs artistas que participamos, quienes pasan todos los días por ahí, hacia el colegio, hacía a la tienda, en total, quienes habitan estos espacios. Nos beneficiamos porque se fortalecen nexos de comunidad y vínculos de pertenencia; muchas veces sirve para denunciar atropellos o enaltecer aspectos potentes de la comunidad o de los territorios. Esta acción también es importante e íntegra, porque quienes lo hacen, además de gozarlo en su totalidad, integran las dinámicas de la calle, saben que no es solo tapar la realidad dura de la vida con decoraciones en los muros, sino participar en la calle de forma propositiva.
Por otro lado, cuando se acciona al interior de un espacio expositivo o museográfico aparece una divergencia, pues el público a quien va dirigido no participa necesariamente de la acción, como sí sucede cuando se hace en la calle; en este sentido surge una pregunta importante: ¿para qué llevar las acciones que surgieron en contextos urbanos a este tipo de espacios? la respuesta rodea la necesidad que tuvo la estudiante cuando inició su proceso de profesionalización en Bellas Artes: Recoger en un archivo analítico de memoria, las cosas que ha realizado en la calle y darle un espacio de reflexión, pensar qué pasó con estos procesos en términos metodológicos y organizativos; a quienes benefició, cuales acciones fueron potentes e importantes en las comunidades, cuáles no y por qué, y cuáles podrían replicarse en otros espacios. Esta reflexión beneficia a la movida femenina de artistas urbanas y también las luchas y dinámicas que defendemos, pues transitar esta memoria en otros escenarios amplía su legitimación y sirve de lugar de denuncia desde otros tiempos y espacios.