Resumen

En Cali, un número abrumador de personas piden dinero de diferentes maneras, usando diferentes gestos. Como mecanismo de defensa los ignoramos, miramos hacia otro lado, los invisibilizamos. De entre ellas más bien pocas personas piden dinero usando un cartel, y, sin embargo, la presencia del cartel añade un grafismo que hace más perturbadora e ilegible la escena. Ahora, no sólo ignoramos unos gestos sino también un texto. Un día decidí acercarme para conversar con estas personas, entender la escena y leer su cartel. Durante la conversación les proponía un trabajo: que me vendieran el cartel, y que por otra suma de dinero me contaran la historia detrás del cartel, que me permitieran tomar unas fotos, grabar un video, obtener algún objeto. También les decía que era fotógrafo y estudiante de Artes Plásticas, y que con estos objetos recolectados pretendía contar de alguna manera su historia.

“Dios bendiga su hanbre – Retratos Expandidos”, consiste en una puesta en escena de cinco momentos instalativos expuestos en la sala principal de Bellas Artes. Estos corresponden a cuatro intervenciones desde la plástica y la fotografía expandida a carteles que fueron utilizados por personas en condición de mendicidad para pedir dinero en algunos semáforos de la ciudad de Cali, recolectados durante un periodo de dos años (2021 – 2022), sumados a una bitácora audiovisual, un video de 16 minutos que da cuenta del proceso desarrollado. Estas intervenciones o soluciones plásticas son el resultado de una lectura del cartel mismo y su materialidad, junto a las historias, fotografías, videos y objetos que también fueron recolectados durante una o varias conversaciones con estas personas.

Cada intervención se puede ver como un retrato expandido, es decir, como una imagen de estas personas expresada a través no sólo de la fotografía, sino también de materialidades y técnicas diferentes a la fotografía. Entre las materialidades utilizadas están la cartulina, el cartón, el plástico, el hierro, la tela, y entre las técnicas utilizadas, además de la fotografía, están el video, el tejido, el collage, el happening, el performance y la instalación.

Escojo la sala PRINCIPAL del Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali porque quiero descontextualizar los carteles de su lugar callejero natural donde habitualmente son ignorados e invisibilizados, buscando capturar la atención, la lectura atenta e inmersiva del espectador.

Las motivaciones para realizar este trabajo tienen que ver en primera instancia con un sentimiento de dualidad que tengo frente a las personas en condición de mendicidad. Cuando me pedían dinero en la calle me producían una enorme incomodidad, sentía rabia y desprecio, evitaba el contacto visual y miraba hacia otro lado, los ignoraba, los invisibilizaba, me sentía acosado y me desentendía. No obstante, cuando los veo pidiendo dinero en los semáforos, desplazados por cualquier tipo de violencia, algunas exhibiendo un cartel con un grito de hambre, también sentía solidaridad, indignación una especie de compasión, algo que me conmovía y me estremecía por dentro. Sentía y siento que yo podría ser uno de ellos.

Una segunda motivación para realizar este trabajo tiene que ver con mi ejercicio fotográfico. Hace 27 años hago fotografías, y siento que mi relación con la fotografía y la manera como la vengo realizando está en crisis. En general diría que fue esta crisis la que me llevó a postularme a la Profesionalización en Artes plásticas en el Instituto Departamental de Bellas Artes. Inicialmente dije, cuando llegué a la profesionalización: quisiera que mi fotografía fuera menos documental y se hiciera más expresiva. Ahora entiendo que se trata de expandir las herramientas para desarrollar el trabajo artístico.

Cuando propuse el proyecto Dios bendiga su nombre retratos expandidos, nunca imaginé la aventura a la que me enfrentaba. Quedé completamente a la deriva, encarando retos estéticos, simbólicos, plásticos desde un campo poco recorrido por mí. Esto me ha generado un estado de constante incertidumbre y terribles conflictos internos. Sin embargo, esta falta de certezas también me ha llevado a descubrir con asombro la capacidad de generar nuevas propuestas, de expandir los límites de mi ejercicio fotográfico. He conseguido configurar retratos sin tener necesariamente como materia prima una imagen fotográfica, lo que aquí he llamado Retratos Expandidos.

Con el trabajo realizado en “Dios bendiga su hambre – Retratos Expandidos”, mi intención no es conmover a los espectadores sino visibilizar una historia, llamar su atención, para que por fin logremos leer el grito de hambre y necesidad escrito en cada cartel.