El cuerpo femenino empoderado por la palabra con la frase en sentido de pertenencia del mirar y verme reflejada en la publicidad en la bolsa de cuerpos carente de vestido en los almacenes Telka y almacenes SI en Santiago de Cali, donde se vende telas para cubrir el cuerpo, exhibidos en los objetos las muñecas que entran a los hogares y se quedan, evidenciando la sociedad de consumo, por eso me pregunte qué puedo hacer en lo individual y colectivo por la sociedad donde se le ve al cuerpo femenino por lo que puede vender, paralelo está el cuerpo femenino mirado, escuchado, exaltado, valorado por lo que puede hacer y transformar en el lugar que se encuentre, por esto indague los otros escenarios sobre la representatividad de la mujer, de las realidades de los contextos pasando por la historia del arte en la influencia de la mirada occidental, en lo sociológico, y filosófico, de lo político, en la cultural y lo religioso; explorando en lo religioso sobre el señalamiento de la culpa del cuerpo femenino en el relato por la palabra de las sagradas escrituras en la necesidad de la reflexión, con el interés de construir la instalación enun lugar expositivo, donde antecede la palabra para recrearla, con el propósito de generar en los objetos y los actos artísticos una nueva narración simbólica, de las experiencias de los recorridos del cuerpo, para dar la manifestación del arquetipo en el arte con la construcción de la instalación legitimando con el dibujo, la escultura, la pintura y las acciones del performance en actos del cuerpo, de una nueva narración del relato con el cuerpo femenino portador de la pureza, la reciprocidad y la benevolencia, con el propósito de liberar en el arte el cuerpo femenino.
La construcción de un espacio narrativo tuvo como emplazamiento en el contexto del relato de las sagradas escrituras y las muñecas que evidencia la influencia de los estereotipos impuestos por la sociedad de consumo de esa experiencia cotidiana cuando fui a comprar telas en los almacenes del barrio Versalles. El primer abordaje plástico con las muñecas lo hice en referencia a algunas obras de artistas del Renacimiento que se repasó en la academia desde esa época y en la contemporaneidad se admira su belleza, el ser madre y el poder formar a otros, a diferencia de la sociedad de consumo que usa el cuerpo femenino medio de estereotipos objeto que estaba presente en mi vida, referencialidad del regalo que recibí de mi madre, experiencia de mi primera muñeca cuando solo era una niña, objeto de consumo que despierta emociones de engaño, que finalmente crea la necesidad de la dependencia de tener otra muñeca nueva, busco el propósito en el arte de mirar y pensar relacionado con el cuerpo y su representatividad darle el reconocimiento, por el ser que posa en él cuerpo con su vida física, de los valores que pueden manifestarse en su deseo y con su presencia, partiendo en la experiencia de recrear con su pensamiento empoderamiento de transformar, en las enseñanzas del nacimiento de Eva, que nace de la costilla de Adán en el relato, en el arte que es vida con la metáfora y la paradoja en la alteridad de un lugar llamado paraíso, donde las leyes establecidas por la palabra, dejan ver que los cuerpos se representen por el libre albedrio, decisiones en la presencia de la polaridad entre lo bueno y lo malo.
El arte brinda con la mimesis y la experiencia de la realidad de los cuerpos que en analogía de lo que se conoce del encuentro de los cuerpos en lo cotidiano para escoger los lugares, íntimo, privado y público, seleccionando estos para el emplazamiento de los objetos estereotipo, el primer lugar fue nuestra cama con los vestidos de uso personal de nuestros cuerpos, en el acto de cubrirlos con estos vestidos, envolviéndolos en el gesto de benevolencia, para el nacimiento del nuevo relato de los recorridos, un acto pensado en el encuentro de los cuerpos en este caso la Plazoleta El Oasis de UNICETRO con los objetos las muñecas, en esa misma remembranza de los objetos cubiertos con nuestros vestidos que se le dio en la cama, esta vez emplazándolo en el piso cerca de la pila del agua, las personas de este lugar público observaban y esperaban ver a los niños que se acercarían a jugar con los objetos, niños que estaban ausentes, pero que se sabe para quién están hechos estas muñecas; esta experiencia de las personas que visitaban este Lugar, confirmó la vigencia y la relación del objeto estereotipado con la sociedad, cuando llegue a la casa me acerque al lugar de los vasos para tomar agua; vaso con agua que se le ofrece a las visitas, que no se le niega a nadie cuando lo pide, en este sentido llegue a la reflexión de multiplicarlos como lo hice en la instalación, vasos con agua que simboliza la vida, pude ver la transparencia, el mirarse reflejado en ese otro, en el no juzgar, en aceptarnos y aceptar al otro, en dar el amor al prójimo en el sentido cuando se guardan las semillas para luego sembrarlas.
Cuando se realizó la visita a la segunda entrada del rio Pance, se pensó en el gesto, recreado del cuerpo con los objetos las muñecas y los cuerpos que tienen vida, con la diferencia a los objetos, los nuestros sintieron la experiencia de cada experiencia, momentos capturados en las fotografías; de este lugar les comento, que se visitó repetidas veces esperando que la madre naturaleza representara la alteridad de sus aguas, palabra que se manifestaron para el desarrollo del proyecto, la paradoja y la alteridad, se esperó pacientemente hasta el día que se logró vivir y capturar ese momento que se evidencio con la experiencia del cuerpo registrado en el video de la pareja de los cuerpos, que celebró comiendo en sentido de pertenencia con el objeto de interacción, con el dulce en alfeñique, que en la trilogía de la estética en el arte, la presencia de la estética solo tiene importancia cuando se busca un bien para la sociedad por eso en esta experiencia hibrido las ponencias y adopto el dulce de alfeñique para el nuevo relato el video acompañado con una antorcha encendida, junto a ella las piedras portadoras del objeto de interacción en escultura representado en el dulce objeto con el que se celebró en el lugar expositivo.
Otro lugar de gran importancia fue la silla de la oficina, objeto para el descanso del cuerpo, le brinda al cuerpo cargar todo su peso, espacio en el que recreo con el fotomontaje de un lugar llamado paraíso, del relato de las sagradas escrituras, de esa obra del cuerpo femenino que carga sobre hombros el peso de la culpa llamada Eva en la pintura. Para la construcción seleccione la camiseta de mi compañero y mis vestidos con los que se vistió la silla en la remembranza de la descripción del relato, lugar en el que se siembra a partir de lo que se recibe en lo cognitivo entendiendo que en el arte se van generando otras imágenes simbólicas con objetos, en aleatoriedad y de forma subjetiva como en el surrealismo, de composiciones, en el lenguaje de una nueva narración reflejado en las pinturas en las que dialogo con mi obra para que lo haga el observador, generando así el hilo conductor en la búsqueda de resarcir la culpa del cuerpo femenino en el paraíso. En ese acompañamiento nació el interés de hacer las visitas al barrio San Antonio a la familia Otero haciendo el reconocimiento de las familias Vallecaucanas en el encuentro y la unión de sus familias especialmente cuando se regalan el dulce de alfeñique, motivo por el cual se hicieron las visitas y las entrevistas a la señora María Cañas de Otero, que en su narración afirma que el primer dulce de la maceta en maguey fue hecho por su suegro de un metro de alto y de color blanco, además agradece a las familias porque el hacer de este dulce también hace que se reúna su familia en esta tradición.
En este propósito se adoptó el dulce de alfeñique, desde la base del azúcar en que esta hecho este dulce, construyendo en el arte en sentido de pertenencia el dibujo del relato de las sagradas escrituras con el gesto de las muñecas, cuando se hizo el fotomontaje registrado en 1500 fotografías entre el relato que se conoce y las nuevas narraciones del relato resignificando en el deseo de dibujar, se dio origen legitimando y empoderando el cuerpo femenino con los objetos que hacen referencia al cuerpo, en el piso firme y el azúcar en polvo movedizo, con el gesto que maniobre en nuestra cama del nacimiento de Eva, siguiendo el relato en el entendimiento que en el arte manifestado en la silla con los objetos en ese lugar que comunicara un lenguaje simbólico, desde lo bidimensional a lo tridimensional en las esculturas, que recreo entre las dos polaridades de la obediencia y la desobediencia, palabras que nos unen en la comunicación donde los gestos del cuerpo comunican el señalamiento de la culpa. Arquetipo que genera y legitima la pureza, de lo sagrado y la benevolencia, liberando el cuerpo de la culpa, arquetipo que se representa en el alfeñique apropiándose de la manzana de color rojo que se vuelve en la escultura de color blanco y en la literalidad con la apariencia, y en la presencia del dulce de alfeñique con forma de manzana de color blanco, en ese sentido cuando el cuerpo se libera y se viste de color blanco, en el significado de la pureza, el cuerpo desde su nacimiento hasta su adultez va heredando y enalteciendo a las generaciones con el altruismo y el amor.
Para las pinturas a partir de un nuevo relato con la analogía del cuerpo, que mencionaré uno a uno, de esa botella contendor de experiencias, ese parloteo interno del cuerpo en el que se manifiesta el carácter simbolizado en la paloma mensajera llevando la rama de un árbol en sus manos, también está el león que gruñe se enoja y protege, de la partitura de piano del Bambuco que hace parte de nuestra música y cultura con el nombre. El Trapiche, que exalta la presencia del cuerpo femenino y su belleza. Fue grato que como pintora dibujara los símbolos de la música de un lenguaje universal, así como los escritos en pedazos de papel con frases que exaltan la madre naturaleza, el cuerpo con el fuego de la vida que sostiene ese espíritu que vive dentro de él dándole vida, así como la frase que decreto desde el deseo desde mi introspección, “Eva hasta hoy” en ese plato en el que comen todos con el plano de color rojo que simboliza el placer de los deseos, de ese rostro que hace el gesto por el peso de las manzanas sobre su hombro, de ese color blanco de los granos de azúcar en alteridad en todas las obras, de ese color siena o café de la serpiente, de la tierra en la que se nace del vientre de un cuerpo femenino llamada Madre que amamanta, que da la oportunidad al otro, lo ama e instruye haciéndonos partícipes de toda la creación.
Genero la manzana en alfeñique de color blanco, fruto que se resignifico y dejo de ser prohibido, lo regalo a el árbol en el acto del performance, dulce que también come la pareja en el rio Pance, así mismo los cuerpos que visitan en el espacio expositivo como lo hizo Paola Rúa y los cuerpos presentes en este caso los jurados Luz Elena Luna, German García, William Guerrero. Qué reciben el regalo del dulce, conmemorando en el acto el cambio y la transformación del relato en la experiencia de la vida real en el arte sanador en un mismo sentir de la fraternidad de un cuerpo libre de culpa, con estos actos de reciprocidad, siembro el tallo de la caña de azúcar que es la semilla, para un nuevo cultivo en unas botellas recicladas portadoras de la palabra Origen, que me llevó al contexto del paraíso en un nuevo significado, y en agradecimiento a su alquimia, sabia de esta planta, que tiene por nombre caña de azúcar, cultivo de este territorio vallecaucano; gracias al arte y el azúcar como el arquetipo que generó la liberación al cuerpo femenino de la culpa, cuerpo femenino que legitima y se empoderada liberándose y liberando a el otro cuerpo Adán de esa misma culpa.