Sobre este proyecto
Diego Salas, presenta su trabajo, Con el mundo a cuestas: la vida de un pueblo narrada por sus habitantes, inspirado en los oficios tradicionales de su pueblo, el corregimiento de Villagorgona, en el municipio de Candelaria, ubicado a 45 minutos de la ciudad de Cali. Salas se describe a si mismo como pintor popular, categoría que ubica dentro de los oficios tradicionales de la región. En su trabajo destaca la importancia de éste y otros oficios desde la necesidad de preservar la memoria de aquello que ha constituido la vida y la cultura de las comunidades.
Su trabajo parte de su experiencia de vida y de trabajo con su padre, reconocido pintor popular que se ha ocupado de realizar trabajos para los anuncios de diferentes establecimientos comerciales, obras que han implicado la experimentación y el conocimiento de la caligrafía y la pintura mural, entre otros.
Su trabajo implica el rescate de estas formas comerciales de lo popular, para instalarlas en el lugar de la pintura de salón. Su trabajo pictórico y performático nos invita a reconocer el valor patrimonial de éstas manifestaciones y sobre todo a cuestionar la desaparición de estas formas de la gráfica popular, por el desplazamiento que otras formas comerciales del diseño gráfico aplicado y los desarrollos tecnológicos van imponiendo a las formas de vida.
Su práctica es también una manera de resistencia, desde el hacer, en el que se reconocen formas que representan la memoria de una comunidad. Diego y su padre desde su profesión familiar como él mismo lo describe, apuestan también por lo pedagógico, trabajan en prácticas artísticas y pedagógicas que buscan preservar los conocimientos que además de constituir un valor patrimonial han representado una forma de subsistencia para las familias.
Así el oficio como labor remunerada es también una de las preocupaciones del artista, por ello su trabajo extiende esta reflexión a otros oficios relevantes para la vida en comunidad que van desapareciendo de la mano del progreso industrial, como lo señala Salas, en un municipio impactado por el monocultivo de la caña de azúcar con sus implicaciones sobre el paisaje, el oficio y la cultura.